Como fuente
de perversa conciencia
de ti bebo arrodillado
del manar de tus sentidos.
Que en la oscura madrugada
me llenan como el sabor
de este interminable cigarrillo
del que exhalo versos grises
como aromático el humo.
Voy concertando tranquilo
el momento oportuno,
para arrastrarme suplicando
al altar que me inmole,
ante un auditorio complaciente.
Me dejo arrastrar por el encuentro,
inconveniente que no deseo.
Y utilizo la distancia
como escudo invulnerable contra ti
y tu verbo que me atrae.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario