Me dejé llevar
en la
madrugada
por este tibio
sol
que nace en
tus ojos.
Por la brisa
fresca
de tu limpia
mirada.
Por el sueño
eterno
que muestras
desnuda.
Caricia que
siento
cuando tú me
miras
alargando las
manos
a mi cuerpo
invitas.
Yo te estoy
queriendo
como quiero mi
vida
es ritual sin
tiempo
que dulce nos
incita
a morir entre
besos.
La noche es
perfecta,
momento de
caricias
que sin avisar
despierta
en nosotros la
risa.
Rafa Marín
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