Una mañana perfecta,
se dibuja la comunión
entre el ser y su conciencia.
Avatares que sonríen
al leer mis letras y tú,
que intencionadamente
despiertas mi felicidad más plena.
No creo en el destino,
pero si en la perfecta coincidencia.
Quién pudo imaginar que un café
hiciera mi vida
tan deliciosa e imperfecta.
Llueve en la calle y en mis ojos
una lágrima despierta,
feliz acontecimiento por saber
que alguien como tú a mi lado se queda.
Rafa Marín
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