Aprendiz de
peluquera
que me
entretenía
entre noches sin
besos
y su voz sin
melodía.
Mientras
insensato de mi
amado a otros la
veía.
Eterno correr de
joven,
del amor que
sabía,
solo de mi voz
el placer
que sus oídos
recorría.
Palabras que se
llevaron
como un disparo
el día.
Estos recuerdos
llegaron
escuchando al
Sabina,
desamor en los
escombros,
que son sus
duras poesías.
Sin saber de
ella vivo
y sin saber si
la quería.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario