La noche en su
pulso
sin pausa ni medida
va arrastrando
siempre
a tan codiciada
vida.
Todo lo que es
y que de ella
invita.
Alegrías, sin
sabores
que sin mesura
incitan
y luego de un
revés
todo te lo quita.
Son un sueño que
sueña
agonías...pesadillas,
como revolver de
acero
que tembloroso
brilla,
arma en manos
de un loco
suicida.
Rafa Marín
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