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viernes, 15 de abril de 2016

Aquelarre


Fue una noche de luna

en aquella casa olvidada,

me trajo aquel recuerdo

la mata de mandrágora,

su raíz tan profunda

y la savia que manaba.

Conjuros secretos tenía.

Al señor más oscuro

el pentáculo invocaba

mientras ellas reían

de mí la sangre manaba.

Atado mi cuerpo tenían

pero libre mi alma estaba.

Del aquelarre yo la víctima,

brujas, sus cuerpos mostraban,

tentaciones ocultos placeres,

todo eso riendo me entregaban,

mas mi sueño sólo ella era,

del bosque sus alas de hada.



Rafa Marín

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