La tarde se
convirtió
en ilusión
pasajera,
sueño que fue
de una mañana
cualquiera.
Soleada terraza
de perfiles
azules,
espejismos
lejanos
si no estás tú.
Rebuscados
encuentros
que sin dormir
se vuelven sueño
y a la vez de
cabezas
quebradero.
Lo que quiso ser
magia
se tornó en
milagro.
Osadas mis manos
y tú que pusiste
el resto.
Qué más pedirle
al deseo,
si viniste tú a
sacarme de paseo.
Rafa Marín
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