Descolgada mi
alma
desde esta
ventana
que no deja de
ser
un vacío que
nada llena.
Sempiterna
lucha
entre el
querer y el no ser,
como ficción
escrita
para quien lo
entienda.
Nada es lo que
parece ser
y lo poco que
queda
se convierte
en barro blanco
en el que
servir el té.
Miro con fecha
atrasada
el reloj de
pulsera
que se me paró
en el ayer.
No quise y
sigo sin querer,
pero algo me
obliga
a mirarte a
los ojos
y dejar de
correr.
Las noches que
tu quisieras
y que jamás
podrás tener,
se convierten
esta mañana
en sueños de
almohada
que huelen al
sudor
que es un mal
querer.
No me pidas
que te escriba
lo que en mi
boca sólo es
una retahíla
de vocablos.
Las noches sin
contrarios,
en ti se
volvieron locura
y nunca fueron
cordura en mí.
Rafa Marín
Lo que queda igual se saborea..nada se pierde todo se desfigura..pero se ahonda la herida cuando el parecer quiere ser.
ResponderEliminarSaludos desde el sur
Prudencio Hernández Jr.