Desesperado canta,
arroyo que no cesa.
Para qué tanta palabra,
si ella libre vuela.
Con su voz la espanta,
no ve que es una sirena.
Que entre las olas aguanta,
a que pase su marea.
Pero él, canta y canta,
jilguero que berrea,
porque nadie le alaba,
porque nadie contesta.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario