Sobre la perfilada aurora,
desdibuja el amanecer,
tu saludo,
cual canto de alondra,
que me invita a creer.
Nada de mí se asoma,
atrapado en los por qué.
Preguntas que no bordan,
tus labios al nacer.
No sé, quizás a esta hora,
seamos dos al perecer,
mientras sigues siendo sombra.
Rafa Marín
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