Sobre las copas llenas de los árboles,
la lluvia deja en su murmullo al caer;
cien canciones de lejanos recuerdos,
el suspiro que de unos labios se fue.
Bajo el azul de este cielo que todo lo ve,
está naciendo un camino amarillo,
mis pies que quieren salir a correr,
juventud olvidada sin aquel hatillo.
Mil soles dejaron atrás la dura fama;
que nunca quiso darme de comer,
se convirtió en el cruel martillo
que nos forja esta vida sin querer.
Rafa Marín
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