Son como hojas muertas,
que de las ramas penden,
las mil ilusiones inciertas;
mi yo, enteder no puede.
Asoma, cerrada puerta,
que nadie pinta de verde,
amaneceres, luz incierta,
los miedos que me hieren.
Pasan, nadie los advierte,
son un río entre sombras;
verdad hostil que viene.
A veces silencio sin horas,
otras bullicio que miente;
siempre dolores sin honra.
Rafa Marín
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