El niño en bicicleta
me despierta
esos viejos recuerdos;
aquella polvorienta cuesta
bajo el sol del mediodía.
El río brillaba al fondo,
un camino de plata
y los eucaliptos;
que eras los eternos gigantes
que lo guardaban.
Lo miro dar vueltas,
mientras ríe feliz.
Pienso en su inocencia,
de la mía nada queda;
alguna mirada fugaz,
algún sueño que triste
de madrugada me despierta.
Pero miro al niño jugar,
con esa dorada bicicleta,
con su risa tan feliz;
y viejos recuerdos me despierta.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario