Luce tan alta en el cielo,
tan solitaria y callada.
Va derramando su luz
por laderas y cañadas.
A ella le cantan los gitanos,
cuando vuelven de madrugada,
con sus caminar sereno.
Hoy no ilumina mi alma,
hoy se vistió de negro,
triste señora enlutada
por los amores que se murieron.
Rafa Marín
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