Fue la mañana un viaje en tren.
Un sueño de imágenes pasajeras.
Despertar entre desfiladeros rojos.
Pueblos achaflanados en lontananza,
como árboles deshojados.
El sueño se va y sonrío a la mañana.
Alrededor caras cansadas,
extraños en un vagón,
almas impacientes por llegar,
a ese lugar donde nadie me espera.
Y así voy descubriendo la tierra,
la madre tiempo atrás abandonada.
Descubriendo los cambios, imaginando...
Ahora pienso y se que el tiempo pasó,
con su inexorable dureza.
Miro al extraño ante mí
y es sólo un reflejo de mi mismo.
Cuanto tiempo pasó desde la última vez.
Cuantos sueños llevaba y cuantos perdí.
Rafa Marín
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