Presumiendo vas calle abajo.
Con esa sonrisa que parece pintada.
Todos miran cuando pasas.
Nadie sabe que te llora el alma.
Tus ojos tristes como tu mirada.
Tumbada esperabas perder la honra.
Y llegó la temida y oscura hora,
se acercó callada como una sombra.
Mi cabeza te piensa...
y mi boca cobarde no te nombra.
Esta mañana vas buscando en el aire
esas migajas de amor que otros dejaron.
Nunca pensaste tener tantas,
son trocitos de corazones rotos.
Rafa Marín
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