Lágrimas tan copiosas derramó,
que los niños las llenaron
de barquitos de papel.
Tanto lloró que se vieron sirenas
entre los pliegues de su pañuelo.
Rafa Marín
Largo fue el adiós,
que todavía se va marchando.
Se levanto tan despacio.
Fue tan apretado el abrazo
y el beso tan amargo.
Y tus ojos aún mirando.
Rafa Marín
Como seda sientes mis palabras,
y a mí no me sirven de nada.
Coqueta que el halago aceptas
y por mis sueños no te interesas.
Caminar solitario,
la única salida que hoy me dejas.
Rafa Marín
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