Despertar del sueño 
aferrado aún como niño 
a tan deseado cuerpo. 
Socorrer con besos 
la dulzura de tu boca 
recitando estos versos. 
Desatar una guerra 
de poesía y verbo. 
Romper cadenas 
y desarmar tu cuerpo. 
Serás...qué más da. 
Mi prisión y mi condena.
Rafa Marín
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