Quizás no lo quieras creer,
pero esta noche quiero soñar,
con aquel perverso juego;
pero esta noche quiero soñar,
con aquel perverso juego;
al que siempre debimos jugar.
Una charla tranquila en un bar
y luego una pelea entre los tres.
Pero, ya sé a que puertas no llamar
y de que ventanas echar correr.
No nací para a este juego ganar,
aunque me empeñe en no perder,
pero si me detengo ahora a pensar;
quizás solo me quede soñar.
Una charla tranquila en un bar
y luego una pelea entre los tres.
Pero, ya sé a que puertas no llamar
y de que ventanas echar correr.
No nací para a este juego ganar,
aunque me empeñe en no perder,
pero si me detengo ahora a pensar;
quizás solo me quede soñar.
Rafa Marín
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