¿Quién sino tú,
con tu silencio me castiga,
cuándo cada noche escribo,
estas palabras que son para ti,
sólo voces malditas?
¿Quién sino tú,
va diciendo por ahí,
que sin tu mirada la mía,
es flor que se marchita?
Pobre de mí,
que aún sabiendo de tu desprecio,
mi boca la tuya ansía.
Rafa Marín
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