Se apagó,
ya nada queda
en esta singular amistad.
Fueron días...
de intensa sinceridad.
Hoy...
aparcado en un frío rincón
queda todo y nada.
Ya no sirven las lágrimas,
por qué llorar...
si en su corazón de piedra
nada entra.
Dejarte ha sido duro,
así mejor...
sin cadenas que arrastrar.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario