La noche se llevó mi paz...
entre suciedad
y charcos de hielo.
Fue una pesadilla...
soñar despierto.
Encogido mi corazón
voy mirando
en los rincones olvidados.
No encuentro nada
fuera de su contexto.
Jeringuillas, ratas...
y por supuesto
esa alma descarriada,
que ahora pide
entre sollozos,
para su enfermedad alimento.
Rafa Marín
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