Y no puedo dejar de quererte,
es esta lenta agonía
que me lleva
del cielo al infierno cada día.
Te llevo dentro de mi pecho
y late mi corazón sólo por eso.
Son mis noches de soledad,
duras y frías,
añoranza de tu cuerpo
y de tus versos.
Que siento que yo me pierdo
y no se mirar al cielo
si tú no me guías.
¡AY!
Amor que no sé ya que hacer
para que entiendas
que nos es capricho
de este que los versos escribe.
Rafa Marín
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