En el batir de la tormenta.
En la oscura soledad de la madrugada.
Sin luna...las olas negras regresan.
Cubren mi cuerpo...me ahogan.
Sin más pena ni más gloria.
Sólo el desastre de esta hora vacía.
Saltan de dentro como rocas de lava,
mis remordimientos.
Me abrazan...lo siento...tanto...
Pero no hablo, sólo callo,
esta es mi tortura, este pacto de silencio.
Días de locura, noches que arrastro.
No sé cuando acabará, no lo sé.
Ahora ya da igual.
De los cementerios no salen las almas.
Sólo espectros que acarician mi cara.
Dónde están hoy...ahora.
Con la luz limpia del alba.
Rafa Marín
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