En este impío mar,
hecho de cristal de cuarzo,
entre palabras y nada más,
todos arriman su cazo.
Siempre pidiendo ganar,
los que no sabes de abrazos;
como amapolas en un trigal,
poco a poco despuntando.
Si quieren saber la verdad,
todos acabaremos pagando.
Unos en ese vil metal
y el resto en ruido vano.
Rafa Marín
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