En clave de sol,
se juegan las voluntades,
siempre en un ya sabes,
que no tiene perdón.
Una oda a los cristales,
camarero pon ron,
que en este callejón,
pagaré por mis maldades.
En tu eterna negación,
de las obvias verdades,
que aunque con nadie hables,
ya me heriste el corazón.
Rafa Marín
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