Quieres del mar ser sirena,
pero eres cielo en las alturas;
sueño del que no despertar,
hasta que esto se pudra.
Eres de mi camino la piedra
y acequia, de agua limpia y pura.
Una tarde donde pasear,
entre la playa y sus dudas.
Eres, porque con eso me bastará,
beso en la densa y fría niebla
y canción, de todas la más dura.
Rafa Marín