Morir.
Y
a cada paso,
levantar
con orgullo la cara,
porque
fui lo que fui
y
si a nacer volviera,
reincidir.
Morir.
Y
saborear su único beso
y
quizás verla sonreír,
porque
me da la gana
y
con desdén asentir.
Morir.
Y
de su mano descarnada,
volver
otra vez a vivir.
Tal
vez como un recuerdo,
o
como una furtiva lágrima.
Morir.
Y
no sentir,
el
remordimiento canalla.
Pues
así,
entre
el fuego y la metralla,
una
vez fui el más feliz.
Rafa
Marín
Me da pena que te fueras de la jaula de grillos, pero por aquí te leo :)
ResponderEliminarBuenas noches.
EliminarMuchas gracias.
Lopillas, pero yo sé quién eres, No te reconozco con ese nick.
😅
Qué bonito. Soy Nieves Lou la canaria y si sigues sin saber quien soy te pongo dos velas negras. O tres.
EliminarSi, ya se quién eres.
EliminarMuy buenos días.
Un besote.
De las mejores que te he leido, maravillosa.
ResponderEliminarMorir tras haber vivido es la satisfacción de llegar a la justa conclusión del vivir si has logrado, por un instante, aunque uno solo fuera, a ser feliz. Me gusta. Madrecelta
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