Llené mis ojos de mundo y vida,
hasta que ya no quisieron ver más.
Se cegaron con una luz tan brillante,
como un explosión en la oscuridad.
Cielos infinitos llenos de estrellas,
mañanas de mirar el azul del mar.
Sueños de niño que callado llora
y una rama en un perdido olivar.
Rafa Marín
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