Llega la noche, con su brisa
y el grito de mi silencio.
Con sus miradas furtivas
y una sonrisa sin beso.
Llega la noche esperada
y me hago niño chico,
como un pobre perrillo,
que busca en un regazo,
quizás calor y consuelo.
Y sigue la noche llegando,
oscura y llena de miedos.
Rafa Marín
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