Van
cayendo bajo el sol,
estas
duras lágrimas de hierro,
como
si fueran solo versos,
ahora
que ya sé que no lo son.
Los
putridos y falsos te quiero,
envueltos
en torrentes de dolor,
que
arruinaron mi negro corazón,
mientras
la paz se fue yendo.
Rafa
Marín.
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