Me aferro a este desencuentro,
vida que mi cuerpo extraña,
como aquellos clavos ardiendo.
Hoy bajo un sol que me baña,
y que no borra los miedos que siento.
Levanto esta voz desafinada,
que se perdió en tantos recuerdos.
Gritar aferrado a la puta palabra,
para no ser en la noche silencio.
Rafa Marín
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