Por un bosque encantado
de su mano la llevaba.
Princesa tenia por nombre
y para el era un Hada.
Cuándo podré besarte
insistente preguntaba.
Lozana la moza ahora
me habla de sentimientos.
Y aquí me quedo
tan boquiabierto.
Como descubrir que Venus
ama a este pobre viejo.
Hambre mis labios sintieron
aquella mañana.
Hambre de los tuyos
y su miedo cuando hablan.
Hambre sienten ahora
que tú estás callada.
Ya que de pecados hablamos,
el peor mío no fue amarte.
Fue que nunca nos plateamos
ser algo más que amantes.
La mirada tenía fija
en el cristal que la reflejaba.
Por qué siendo tan hermosa
nadie la reclamaba.
En su boca rojos labios
eran flor marchitada.
Rafa Marín
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