La
letra se alió y entre
un me
gusta y unos versos
se
fueron acercando
como
imanes los cuerpos.
Tu boca
de silencios
y
largos y dulces besos.
Y
yo...que te voy a decir.
Las
mañanas fueron
tan
solo dos y una tarde
que a
que se repita espero.
Fugitivos
del que dirán
y de
los breves encuentros
vamos
dejando pasar
una
tras otra las ilusiones
que en
nosotros pusieron.
Como
animales en celo,
plenos
de calle y bares,
vamos
mostrando libres
este
insatisfecho deseo.
Pendiente
tú de los registros
y yo de
dónde el teléfono dejo.
Como
niños urgentes
que en
la tarde planean
dar
rienda suelta a sus juegos.
Rafa
Marín
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