No hubo
pesadillas,
ni tampoco
ayer.
Solo tu
sonrisa
y el tierno
amanecer.
No hubo ya
miedos,
ni volví a
perder,
Solo tus
caricias
al llegar el atardecer.
No, no hubo
malicia,
ni por que
ofender.
Solo leves las
risas
en tu boca al
nacer.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario