Yo no sé por qué me quieres,
ni por qué te quiero yo.
Sólo sé que tú eres,
lo que siempre quise yo.
Una musa sin papeles,
que me pidan interés.
Como un sueño en la mañana
y una sonrisa al atardecer.
Eres la perdición de mi vida
y si te vas, ¿qué vida tendré yo?
Mil solitarios pesares,
un infierno sin redención,
porque niña, para mí tú eres,
más que un ángel alado,
del cielo, el mismísimo dios.
Rafa Marín
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