Si pudorosos tus labios se abren
y a los míos en un beso se entregan,
mientras atrevida mi lengua,
es estrella que en tu ser arde.
Así como un yo de dos cabezas,
saciándonos de este viejo hambre,
somos almas que se entregan,
sin importarnos que todos lo sepan.
Rafa Marín
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