Una noche y un día,
solo eso nos dieron
y a fe del alma mía,
que no sobraron los te quiero.
Yo no sé si fui el primero,
pero que más daba,
por fin eras mujer toda mía.
Nos entregamos los cuerpos
y mis ojos te comían,
quien quiere estar cuerdo,
cuando fue la locura quien nos paseía.
Rafa Marín
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