Hay lugares para huir,
de esta dura realidad,
que me lleva entre mil sueños
para invitarme a caminar.
Ya no busco los momentos,
pero si todo da igual,
para que estos sentimientos,
si no son ni mentira ni verdad.
Las palabras las elijo,
por el que de mí dirán,
pues a veces soy como un perro,
que pide un mendrugo pan.
No, no te estoy escribiendo,
es una mala casualidad.
Palabras que se lleva el viento,
mientras yo quiero descansar.
Mil dolores sin lamentos,
una rama demasiado baja,
un barco que busca donde recalar.
No, no te estoy escribiendo,
es sólo, que tengo ganas de marchar.
Subirme a uno de esos cerros,
donde cálida sopla la brisa
y desde allí mirar al mar.
Rafa Marín
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