Que triste esta efímera fama,
que por ser triunfo nació muerta,
brisa en las calles desiertas,
manos limpias de palangana
¿Acaso su boca acierta,
cuando permanece callada,
presentarla sin hacer gala,
condición que es cierta?
Cuando su nombre no proclama,
orgullo que sería en la mía,
pues a los vientos lo gritaría.
ella es mi cuerpo y alma.
Rafa Marín
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