Con un no, siempre por delante,
llegó al fin el merecido descanso,
para bendito este "tunante".
De los dos, mi gran amigo,
te llevaste la mejor parte.
Ese tierno corazón,
que no te cabe en el pecho,
porque así lo tienes de grande.
Años y discusiones, con o sin razón,
fuimos cumpliendo los dos.
Tú, mejor quizás que yo,
pero aquí te espero campeón;
con esta alegría tan grande;
que es el poder decirte adiós.
Ahora, lágrimas a parte.
Se me encoge la razón,
por estas tonterías cantarte.
Así que coge esta felicidad,
por la que tanto pagaste
y disfruta de ver salir el sol,
sin tener de nada que preocuparte.
Con todo mi cariño.
Hasta siempre compañero.
Rafa Marín
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