A veces me cuesta decir,
esas cosas tan sencillas,
como un dulce te quiero.
Prefiero mirar hacia atrás,
allí donde viven los recuerdos.
Mirar a los ojos se me da fatal,
porque uno en la puerta,
siempre lo tengo puesto.
No tengo nada bueno
que crees que puedo enseñar;
soy lo que tengo en los huevos.
Una vida violenta para mostrar,
que la vida a mi lado,
no es como un inocente juego.
Ven bonita, déjate llevar,
corramos hasta el infierno.
Rafa Marín
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