Abro la ventana y a voz en grito pregunto:
¿Dónde estás libertad mía?
Acaso ya a bajar la testud me acostumbro,
¿cuando antes las trincheras arder veía?
¡Oh! Mi vida ya no encumbró,
ya casi la voy dando por perdida.
Pues mientras mi mente se vuelve mundo,
mis obras nacieron muertas o vencidas.
Rafa Marín
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