La noche avanza con el ritmo
de una luna que se esconde,
mientras del monte la brisa,
trae olores de verano.
El mar con sus coronadas olas,
aún su brío de espuma aguanta
y yo desde esta hamaca tengo,
mil sueños otrora vanos.
Duelos de esta madrugada,
que se pierden sin amada.
Rincones de paz y cementerio,
donde todos un día acabaremos.
Rafa Marín
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