Medra la luminosa tarde,
en este verano que arrecia,
cuerpos llenos de sudor y arena.
Labios de sal con sabor a penas;
como queriendo olvidar,
aquellos que el tiempo les recuerda.
El dorado de un cañaveral
y el joven amor que atrás,
como este paisaje de ventanilla,
entre traqueteo se queda.
en este verano que arrecia,
cuerpos llenos de sudor y arena.
Labios de sal con sabor a penas;
como queriendo olvidar,
aquellos que el tiempo les recuerda.
El dorado de un cañaveral
y el joven amor que atrás,
como este paisaje de ventanilla,
entre traqueteo se queda.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario