A veces pienso y, sé,
que mi mundo nunca será perfecto.
Para mentir, la facilidad del gesto,
una mano tendida,
que sólo señala con el dedo.
Mi verdad, está tan escondida,
nunca mis problemas cuento.
Ya me cansé de luchar,
ya por fin me hice viejo;
cartas del lupanar,
que mi mundo nunca será perfecto.
Para mentir, la facilidad del gesto,
una mano tendida,
que sólo señala con el dedo.
Mi verdad, está tan escondida,
nunca mis problemas cuento.
Ya me cansé de luchar,
ya por fin me hice viejo;
cartas del lupanar,
perdidas marcas de guerrero.
El ayer me invitó, me dijo ven,
ahí tienes otra oportunidad.
Pero ni por eso, quise más y más,
marejada desarbolando veleros.
Una furia furiosa,
el vendaval de los cuatro vientos.
El ayer me invitó, me dijo ven,
ahí tienes otra oportunidad.
Pero ni por eso, quise más y más,
marejada desarbolando veleros.
Una furia furiosa,
el vendaval de los cuatro vientos.
Rafa Marín
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