Perder la esperanza siendo un niño,
morir entre el barro y las alambradas,
con el reflejo lejano y nítido
de una hermosa noche estrellada.
Trepar hasta las copas buscando nidos,
para romperse entre las ramas bajas;
juventud que al nacer ya se ha ido,
como se fueron miedos y madrugadas.
La verdad como brote de frágil hierba,
que al despuntar es cubierta de bosta,
pero que ni el tiempo y su pasar entierran.
Ayeres que en el recuerdo se agotan,
luchando para que no se pierdan,
rezando cada noche para que vuelvan.
morir entre el barro y las alambradas,
con el reflejo lejano y nítido
de una hermosa noche estrellada.
Trepar hasta las copas buscando nidos,
para romperse entre las ramas bajas;
juventud que al nacer ya se ha ido,
como se fueron miedos y madrugadas.
La verdad como brote de frágil hierba,
que al despuntar es cubierta de bosta,
pero que ni el tiempo y su pasar entierran.
Ayeres que en el recuerdo se agotan,
luchando para que no se pierdan,
rezando cada noche para que vuelvan.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario