Locuaz como una niña,
que caprichosa invita a soñar.
Como aquella tierna ninfa,
que en su arroyo,
dejó sus lágrimas brotar.
Locuaz, mi dulce chiquilla,
dejándote sólo amar.
Sin dar a tus labios el gusto,
de los míos querer besar.
Locuaz, como esta mañana,
que tanto añoras amar.
Locuaz, como esas promesas,
amenazas que sé, que no cumplirás.
Rafa Marín
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