No visten vistosos uniformes,
ni a su tierra llaman patria.
Sus ojos son tristes pendones,
que al hambre gritaron basta.
Sin un don llevan el nombre,
su piel nunca será blanca.
El mar se lo lleva a montones,
hasta la muerte esta ya harta.
¿Dónde están esa razones,
que esgrimimos como navajas?
En sus pechos hay corazones,
que como en los nuestros trabajan.
Sangre que mana a borbotones
y para nosotros no son nada.
ni a su tierra llaman patria.
Sus ojos son tristes pendones,
que al hambre gritaron basta.
Sin un don llevan el nombre,
su piel nunca será blanca.
El mar se lo lleva a montones,
hasta la muerte esta ya harta.
¿Dónde están esa razones,
que esgrimimos como navajas?
En sus pechos hay corazones,
que como en los nuestros trabajan.
Sangre que mana a borbotones
y para nosotros no son nada.
Rafa Marín
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