Somos demasiado burgueses
para la revolución
y demasiado cobardes para la trinchera.
Somos demasiado necios
para creer en el amor
y nos creemos tan listos,
que nos engaña cualquiera.
Somos todos hidalgos;
Somos todos hidalgos;
nadie quiere ser del montón,
pero queramos o no, todos cenamos,
aquella sopa de piedras.
Somos, tan solo seres humanos,
Somos, tan solo seres humanos,
enfermos por nuestras miserias.
El orgullo que nos mató,
seguirá coronando nuestras cabezas.
Rafa Marín
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